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Mi ejecutiva favorita “Marissa Mayer”

Marissa Mayer, quien fue la primera ingeniera de Google y su empleada número 20 cuando se unió a la empresa en 1999, fue nombrada CEO de Yahoo.

Es la quinta CEO en estos años en los que la compañía se ha encontrado batallando. El anuncio  causó revuelo en el mundo de la tecnología con gente que expresaba su asombro sobre la salida de Mayer de Google y de que Yahoo se hiciera de una líder tan carismática.

Aquí está una guía rápida de algunos de los datos más interesantes y emocionantes sobre la ingeniera de 37 años.

1. Es la responsable del aspecto pulcro de Google.com

Se dice que la minimalista página principal, con mucho espacio en blanco y una sola barra de búsqueda en el centro, es la creación de Mayer, quien supervisó el lanzamiento y desarrollo de muchos de los productos icónicos de Google.

“Google tiene la funcionalidad de una navaja suiza muy complicada, pero la página principal es nuestra forma de acercarnos cuando está cerrada. Es simple, elegante, puedes guardarla en tu bolsillo, pero tiene esos grandiosos trucos cuando los necesitas”, dijo a Fast Company en 2005. “Muchos de nuestros competidores son como navajas suizas abiertas; y eso puede ser intimidante y en ocasiones dañino”.

2. Se especializa en inteligencia artifical

Mayer cursó su licenciatura y maestría en la Universidad de Stanford, Estados Unidos. Para ambas se enfocó en inteligencia artificial, que se ha vuelto un área central de enfoque para Google, una empresa que ha presentado automóviles autónomos y cuyas computadoras están tratando de utilizar ecuaciones para entender el habla humana. Dijo a CNN que tiene varias patentes en inteligencia artificial y diseño de interfaz.

3. Está en el consejo de Wal-Mart

“También está en el consejo de varias organizaciones sin fines de lucro, incluyendo el Museo de Arte Moderno de San Francisco en Estados Unidos, el Ballet de San Francisco y el Ballet de Nueva York”, según un comunicado de prensa de Yahoo.

4. Está obsesionada con la moda

Según Los Angeles Times, una vez Mayer pagó 60,000 dólares en una subasta benéfica para tener un almuerzo con el diseñador de modas Oscar de la Renta. “Los objetos que hacen feliz a Mayer incluyen su chaqueta de cachemir con mangas de tres cuartos, detalles de puntos y botones esmaltados”, escribió Vogue en 2009.

5. Vive en un penthouse

Está sobre el techo del Hotel Four Seasons en San Francisco, Estados Unidos, y vale unos cinco millones de dólares, según The New York Times.

6. Es buena en las entrevistas

En 1999, durante su entrevista de trabajo para la empresa, los cofundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin le preguntaron: “¿cómo escribirías un programa de corrección de ortografía cuando tienes un vocabulario tan grande que no cabe en una computadora?”. Se convirtió en jefe de productos en los inicios de la empresa después de rechazar un trabajo para enseñar en la Universidad Carnegie Mellon en Estados Unidos.

7. Salía con Larry Page

El cofundador de Google y Mayer, quien era jefe de productos en ese tiempo, salieron a principios de la década de 2000, según el libroGoogled de Ken Auletta. Un bloguero de Gawker escribió sobre cómo Silicon Valley consideraba esto un tema tabú.

8. Puede hacer que trabajar como un empleado de supermercado suene glamuroso

Dijo a Los Angeles Times sobre su trabajo en la preparatoria como cajera de un supermercado. “Aprendí mucho sobre ética de trabajo de personas que habían estado ahí durante 20 años. Podían registrar 40 objetos por minuto en un turno de ocho horas. Yo habitualmente estaba en el rango de 38 a 41 objetos. Estaba muy feliz por eso. Tengo buena memoria para los números.

“En el supermercado, tienes que recordar cobrar 4.99 dólares por 450 gramos de uvas y 99 centavos de dólar por 450 gramos de melón tecleando un código de números. Entre más números pudieras memorizar, eras mejor. Si tenías que detenerte y mirar el precio en un libro, eso totalmente mataba tu promedio“

9. Tuvo horarios de oficina en Google

“A las 4 p.m., su horario de oficina cada tres veces a la semana comienza. Es una tradición que Mayer trajo de sus días en Stanford, donde enseñaba Ciencias Computacionales a los estudiantes de licenciatura”, escribió Businessweek en 2005. Algunas de las grandes ideas de Google salieron de esas reuniones con el staff, afirma la revista.

10. Le gustan los panquecitos con una ‘guarnición’ de hojas de cálculo

“Me niego a ser estereotipada”, dijo a The New York Times en 2009. “Creo que es muy confortante para las personas encasillarme. ‘Oh, es una chica femenina y tierna, a quien le gusta la ropa y los panquecitos. Oh, pero espera, pasa su fin de semana haciendo hardware para electrónicos’”. Una vez usó hojas de cálculo para determinar la receta perfecta para cocinar panquecitos, dijo a la revista San Francisco Magazine.

“¿Quién más en Silicon Valley podría reportar, con absoluta seriedad, que recientemente compró una colección de libros de cocina para estudiar las recetas de panquecitos en cada uno, que creó una hoja de cálculo para los ingredientes, y después probó recetas antes de escribir la suya? (hizo otra hoja de cálculo para el glaseado)”, escribió la revista.

11. Sabe como celebrar una boda

En 2009, se casó con Zachary Bogue, un capitalista de riesgo e inversionista de bienes raíces con “un vestido blanco con cuentas puestas a mano de Naeem Khan”, como lo describió San Francisco Chronicle. Una cena de ensayo contó con una presentación sorpresa de la banda The Killers, según el blog del fotógtafo del evento.

Sin embargo, a lo largo de su carrera de casi 14 años en el mundo de la tecnología, Mayer constantemente ha cimbrado las expectativas. Si hemos aprendido algo acerca de esta influyente ingeniera computacional convertida en ejecutiva corporativa, es que juega en los negocios con sus propias reglas.

1. No cree en los estereotipos

Parte de la leyenda de Marissa Mayer se debe a que ella no corresponde a nuestras suposiciones de lo que significa ser un geek.

Se ha dicho mucho acerca de su apariencia, que desafía la idea popular de que los mejores científicos de computadoras son “personas con protectores de bolsillos y gafas gruesas que se pasan toda la noche programando”, dijo Mayer a la revista Glamour en 2009. “¡Pero sí paso toda la noche programando! Soy el estereotipo, pero también rompo con el estereotipo”, agregó.

Tampoco creció inmersa en la tecnología. Nació en Wisconsin, en el norte de Estados Unidos, y tuvo una niñez con lecciones de piano, patinaje sobre hielo y ballet; perteneció a los clubes de debate y de matemáticas en la preparatoria, según reportó la revista Vogue en 2009.

En 2010, la futura líder de la tecnología dijo a la revista Newsweek que no aprendió a usar un mouse sino hasta su primer año en la Universidad de Stanford.

Pronto estaba escalando por las filas de Google; pasó de programadora a vicepresidente de servicios locales, mapas y localización. Sin embargo, a la prensa y al público les interesó más que hubiera modelado para Vogue y que, según los reportes, desembolsó 60,000 dólares en una subasta de beneficencia para almorzar con Oscar de la Renta. ¿Una geek amante de la moda? ¿Quién lo hubiera imaginado?

Mayer dijo al New York Times en 2009: “Me rehúso a sujetarme a un estereotipo. Creo que para la gente es muy cómodo encasillarme. ‘Oh, es una chica femenina a la que le gustan la ropa y los panqués. Pero esperen, pasa los fines de semana fabricando hardware electrónico’”.

2. La pasión puede triunfar sobre el género

Mayer obtuvo dos títulos en Stanford, incluida una maestría en Ciencias Computacionales, y tiene una carrera exitosa en un sector dominado por los hombres. Se ha dicho que durante su gestión en Google tuvo una influencia clave en productos como Gmail, Google Maps y el motor de búsqueda minimalista. Con frecuencia se le toma como ejemplo a seguir.

Como resultado, generalmente le preguntan cómo triunfó en un medio que se considera territorio masculino. “En la preparatoria era muy buena en química, biología, física, cálculo; mis maestros me apoyaban genuinamente y nunca dijeron cosas como: ‘Vaya, eres muy buena para esto, eso es raro en una mujer’. Nunca sacaron a colación el tema del sexo… Creo que siempre he estado poco preocupada por el género (…) Siempre fui muy ciega con respecto al género”, dijo en una conferencia en 2012.

“No soy una mujer en Google, soy una geek en Google”, dijo Mayer a CNN en 2012. “Si puedes encontrar algo que realmente te apasione, el que seas hombre o mujer pasa a segundo plano. La pasión es una fuerza que neutraliza al género”.

Cuando se trata de feminismo, Mayer rehúye al término.

“No creo que pueda considerarme feminista. Ciertamente creo en la igualdad de derechos, creo que las mujeres son igualmente capaces, si no es que más capaces, en muchas dimensiones diferentes. Pero no creo tener la clase de impulso militante”, dijo en el documental Makers de las cadenas estadounidenses PBS y AOL.

3. ¿Agotamiento? Ella no se lo cree

Desde hace mucho, Mayer es vista como la empleada que puede trabajar más que tú en el día que más consumes cafeína. Sin embargo, dijo que no cree en el agotamiento en el sentido típico.

“De hecho, tengo una filosofía muy diferente acerca del agotamiento”, dijo al sitio BuzzFeed el año pasado. “No creo que el agotamiento ocurra por la falta de sueño o por no hacer suficientes comidas adecuadas. Creo que el agotamiento proviene del resentimiento… Es posible que trabajes ‘demasiado’, pero tienes que descubrir qué es lo que necesitas realmente para mantenerte activo, con energía, para no volverte resentido”.

La intensidad de Mayer en la oficina parece haberse mantenido ahora que es madre. Tomó solo unas semanas de permiso de maternidad y trabajó durante esos días.

Algunos de sus críticos se preguntaron qué estándar podría fijar con este comportamiento en el mundo corporativo, tomando en consideración que Mayer tiene recursos que la mayoría de los padres trabajadores no tienen.

4. Recibe de buen grado los retos

Unos de los mantras que Mayer usa para tomar decisiones en la vida son: a) trabajar con las personas más inteligentes que pueda encontrar y b) aceptar un reto que la haga sentir poco preparada. Digamos, por ejemplo, dirigir Yahoo, el gigante de la red.

Sin duda, Yahoo espera un cambio radical tanto en sus finanzas como en sus productos que valga el sueldo de Mayer. Los observadores optimistas están esperando que ella aplique la inteligencia y el sentido de la estética que mostró en Google.

“Si Mayer fuera tan solo otra ejecutiva sagaz de Silicon Valley que hubiera pasado la mayor parte de su carrera en un solo puesto y que nunca hubiera dirigido una empresa, podría parecer que su contratación fue una decisión quijotesca para una empresa pública grande como Yahoo”, escribió Harry McCracken, de la revista Time, en julio.

“Pero se trata de Marissa Mayer. Jugó un papel clave en la transformación de Google en… Google. Es famosa por concentrarse obsesivamente en las experiencias agradables y porque irá hasta el final para determinar si algo está funcionando para los usuarios o no”.

5. Si necesita probar 41 tonos diferentes de azul, lo hará

Su pasión por la perfección y su atención a los datos ha deslumbrado a todo el mundo.

Un antiguo empleado de Google, Douglas Edwards, quien escribió el libro I’m Feeling Lucky: The Confessions of Google Employee Number 59 (Me siento afortunado: confesiones del empleado número 59 de Google), recordó sentirse perturbado por el énfasis que Mayer pone en las pruebas y en los datos. Ella cambió los resultados que Google arrojaba para que se presentaran con la tipografía sans serif, porque había visto una investigación que decía que esa tipografía era más fácil de leer.

El Times también señaló los hábitos y el perfeccionismo de Mayer cuando se trata de datos, como cuando quiso probar 41 tonos diferentes de azul en la barra de herramientas de las páginas de Google para ver cuál atraía más a los usuarios. Se decía que su estilo gerencial era tan meticuloso que la revista Wired la colocó en su lista de los jefes de la tecnología más “brillantes” pero estrictos.

Solo el tiempo dirá si esta atención obsesiva al detalle da resultados a Yahoo y a Mayer, o si los problemas de su empresa son demasiado grandes.